Las termitas u «hormigas blancas» son unos insectos que se caracterizan por alimentarse de materiales ricos en celulosa, como por ejemplo la madera. Las termitas subterráneas son una subclase de estos insectos sociales que se desplazan hacia lugares donde encuentren abundante cantidad de madera o metal, haciendo que las estructuras fabricadas con estos materiales se debiliten llegando a provocar graves daños. Al tratarse de organismos que viven en colonias cada una tiene su función. Las termitas obreras, las verdaderas responsables del deterioro de estos materiales, son las que se encargan de localizar el sustento y dividirlo entre el resto de integrantes de la colonia. Después encontramos las termitas aladas y las soldado, con grandes mandíbulas y encargadas de defender la colonia.
El primer paso para conseguir eliminarlas de nuestra casa es localizarlas. Para ello es importante que conozcamos su modus operandi y cómo se desplazan. Normalmente las termitas suben por los muros de carga de nuestro hogar, aquellos que están en contacto con la cimentación, pero también se puede dar que las termitas se desplacen entre los azulejos o los marcos de las puertas.
Las termitas tienden a construir túneles a través de los cuales llegarán a la madera, pero son capaces de adaptarse perfectamente a las circunstancia y también pueden acceder desde el subsuelo, es decir, por la junta de expansión del hormigón de los cimientos, por las grietas de sedimentación en la losa, por la junta de expansión entre el suelo del garaje y la entrada, etc.
Para evitar que estos insectos acaben con nuestro hogar, podemos tratar la madera con productos de curado o insecticidas, echar productos químicos alrededor de la casa y en los cimientos para que no entren (durante la construcción) o tratarlas después inyectando el insecticida a través de agujeros. Si no tienes muy claro cómo realizar estos procedimientos, contacta primero con un profesional. Dentro de los insecticidas podemos elegir entre los que son repelentes, es decir, los que evitan que las termitas accedan por donde hemos echado el producto, y los no repelentes, aquellos que en lugar de evitar que las termitas ataquen, las matan.
Otro método que podemos emplear es el de colocar trampas de cebos con insecticida que tiene como objetivo su propagación por toda la colonia de termitas. También es un buen método para comprobar si hay termitas cerca de tu casa; para ello, bastará con introducir un trozo de madera que no esté tratada.
Finalmente, cuando la situación se vuelve insostenible, podemos optar por fumigar toda la casa y eliminar todas las colonias de una sola vez. Este proceso se aconseja cuando existen diversos grupos en espacios diferentes de la infraestructura. Únicamente un especialista puede fumigar una casa, así que ponte en contacto con él y asegúrate de tomar las precauciones necesarias.
Una vez eliminadas, es muy aconsejable que protejamos nuestra casa contra futuras plagas de termitas arreglando los problemas existentes en la estructura, ventilando espacios ocultos, evitando las acumulaciones de agua cerca de los cimientos, etc.