Es muy habitual estar tranquilamente en casa tomando una cerveza mientras ves la tele y que de repente veas en la pared algunos mosquitos gigantes que te incomoden el momento. A veces se trata de uno o pocos, pero en otros momentos se puede hablar tranquilamente de plaga, por eso es bueno saber algunas cosas sobre las típulas, que son estos bichos tan molestos y típicos.
Aunque parezcan enormes y malos, no son nada peligrosos y, lo que es más curioso, tienen más en común con las moscas que con los propios mosquitos. Son dípteros y forman parte de la enorme familia tipulidae, lo que no significa que no nos pueda dar un buen susto cuando lo vemos por sorpresa en nuestra habitación.
Y aquí va un dato muy importante: las hembras no son hematófagas, por lo que no necesitan nuestra sangre para alimentar a sus huevos, así que no transmiten ninguna enfermedad ni nos provocan esas picaduras tan molestas que amargan en cierto modo un buen verano.
Eso sí, su aspecto no da toda la confianza del mundo, con un cuerpo largo y estilizado, patas más largas todavía y muy finas. Pero eso no es todo, porque las hembras tienen un ovipositor afilado que se puede confundir con un aguijón, pero si cumple las características dichas antes, no es ningún mosquito, sino una típula.
De todas formas, si te dan mucho asco y quieres deshacerte de ellas, has de saber que no son muy hábiles volando y que se cazan con bastante facilidad. Eso sí, hay muchos tipos de especies dentro de las típulas, variando entre los 2 y los 100 mm, aunque las más comunes son las que miden entre 50 y 60 mm.
Cuando son larvas se alimentan de materia orgánica en descomposición, como raíces, tallos y más partes de las plantas. Las larvas son grises y gordas, quedando durante el día escondidas y emerger por las noches, pudiendo ser muy prolíficas y provocando plagas que sí son dañinas para los prados y más extensiones con muchas plantas, por lo que sería necesario llevar a cabo un control de plagas que termine con parte de ellas.
Una vez han crecido y son adultas, las típulas viven entre 8 y 12 días en las que se preocupan mayormente en reproducirse. Son mucho más numerosos los machos, que buscan con desesperación a las hembras, que suelen estar en terrenos húmedos y con agua para depositar los huevos, llegando a poner de una hasta 1.00 huevos.
Así que no hay mucho motivo para asustarse con estos insectos, ya que encima sirven de alimento para murciélagos, aves y hasta para los pescadores (que no se alimentan de ellas, sino que usan las larvas como cebo para conseguir grandes presas).
Por lo que ya sabes algo más sobre esos mosquitos gigantes que ves cada verano en casa. Son animales inofensivos que seguramente estén pensando en procrear más que en picarte y dejarte una marca molesta en el cuerpo.