Seguramente en más de una ocasión has escuchado alguna noticia sobre un brote de legionella. ¿Qué es esta enfermedad y cómo se contagia?
¿Qué es la legionella?
La legionella está provocada por una bacteria que recibe el mismo nombre. Puede presentarse en forma de infección pulmonar o como una neumonía con fiebre alta.
Los síntomas comienzan con una tos leve que se va incrementando hasta una neumonía grave que podría ocasionar la muerte del paciente debido a la falta de aire en los pulmones.
No hay una zona específica del planeta en la que se dé esta enfermedad, dándose de la misma forma en cualquier parte del mundo y sin hacer diferencias entre edades o género.
La forma de contagio es a través del vapor de agua o la mezcla de tierra para macetas que estén infestadas con la bacteria. Puede darse a través de aires acondicionados en hospitales o edificios grandes. Pero nunca es posible el contagio de persona a persona.
Uno de los lugares más propensos a sufrir de este mal son los lugares acuáticos artificiales como piscinas, por ejemplo, por lo que hay que extremar las precauciones en verano y las épocas en las que se haga uso de estas instalaciones.
Cuáles son los síntomas de la legionella
Dependiendo de la gravedad de la enfermedad se presentan unos u otros síntomas. Por ejemplo:
Fiebre de Pontiac. Es la forma más suave y se presenta con un cuadro febril y síntomas similares a los de la gripe. Los principales son escalofríos, cefalea, malestar general y dolor muscular. Normalmente suele remitir entre los dos y cinco días. Enfermedad del legionario. Tarda unos diez días en incubar y se da con fiebre, pérdida de apetito, cefalea, letargo y malestar general. También es posible tener diarrea, dolor muscular y confusión. ¿Se puede prevenir?
Siempre hay cosas que pueden hacerse para evitar contagiarse de esta enfermedad. No obstante, desgraciadamente, no está en nuestras manos, sino en los responsables de las instalaciones que visitamos como hospitales, entidades privadas o públicas y otras empresas.
El buen mantenimiento y limpieza de estos lugares es la mejor prevención contra el estancamiento de agua donde se acumulen nutrientes de la bacteria tales como lodo, materia orgánica, etc., lo cual propicia su multiplicación.
Es por ello importante mantener el agua siempre en condiciones salubres evitando estancamientos, reduciendo la suciedad y desinfectando bien añadido a un control de la temperatura.
¿Qué precauciones tomar en el hogar?
En casa también podemos cuidarnos de esta bacteria con estos consejos:
Usar filtros en los grifos y mantenerlos muy limpios haciendo siempre un purgado semanal. Usar difusores y alcachofas de gotas gruesas. Desinfectar filtros y difusores una vez al año en agua caliente con unas gotas de lejía. No hay que preocuparse por los aparatos de aire acondicionado en casa porque no tienen un circuito cerrado de agua, así que es imposible que la legionella aparezca.
Con estos consejos y tomando precauciones, puedes ganar a esta bacteria.